viernes, 10 de marzo de 2017

Suicidio

"Parecía que no querías nacer, tironeabas del cordón umbilical alrededor del brazo y alrededor del cuello, como si te hubieses querido ahorcar" me recuerda Verónica cada cierto tiempo, quizás sorprendida que siga vivo o con la intención de hacer conversación.

Hace un par de años cuando vivía en Maipú, me obligue a dormirme escuchando música ya que así podía evadir los tremendamente sonoros ronquidos de Verónica. Desperté al otro día, en el mismo borde de la cama donde dormía, con los brazos tironeando el cable de los audífonos. Sí, en sueños me estaba ahorcando.

Durante esa misma maldita temporada, soñé que estaba tan borracho que no despertaba, otro coma etílico en mi registro, pero con la diferencia que las ratas comenzaban a comerse mi cuerpo. Desperté de golpe cuando una de ellas pasaba sobre las colchas en donde se ubicaba mi estómago.

Cuando volví a vivir donde Renato, tuve que aplicar la misma técnica de los audífonos. Volvio a suceder un par de veces.

0 comentarios:

Publicar un comentario

¿Y tu donde llegaras?