jueves, 10 de octubre de 2013

Even Flow



Tuve un ataque de pánico en el metro cuando venia del trabajo, no podía respirar por la nariz y tampoco por la boca, me ahogaba con mi propia saliva. Solo logre lidiar con eso cuando cerré los ojos y pensaba estupideces.

Hoy quise tocar la guitarra un rato, al afinarla para que sonara como corresponde, se corto la segunda cuerda, muy bien.

Quería pasar una agradable tarde conversando con alguien que no conociera mucho, había cosas que hacer.

Tengo un montón de amigos que realmente no me importan mas allá de las novedades de sus Facebook, de hecho algunos los mantengo por el lazo de buena camaradería que surgió. De todos mis amigos, los de antaño, los de carretes (cuales nunca han sido realmente amistades) y los mas recientes, tan solo veo a dos.

Si es que se da la ocasión, claro esta.

me estoy manteniendo y lidiando con lo que venga.

Conseguí el trabajo que quería, lógicamente no es como lo trazaron en la entrevista ni como yo lo imaginaba, pero lo acepte por que quiero salir del agujero de la rutina en la cual estoy (para luego pasar a otro tipo de monotonía).

No se si es muy bueno, creo que en realidad es brusco el cambio, ya que pase de trabajar solo dos días a la semana a la semana completa (aun mantengo el trabajo anterior) y aunque eso me merma físicamente con cansancio, muchas peores horas de sueño, mal genio exagerado y similares, soy muy testarudo como para tirar la toalla tan pronto aunque no me sienta cómodo.

También esta el hecho de que me aburro (incluso en el nuevo trabajo), en donde estoy viviendo ahora, en el trabajo que aun mantengo, en lo que me sostengo.

El... Martes creo, me asaltaron. Nada grave, solo me quitaron mi celular (el cual mas que extrañarlo porque tenia la música o preocuparme por que lo tenia conectado a diferentes redes sociales, lo necesitaba porque servia como despertador) y me apuntaron con una pistola a la cabeza.

Si era de fogueo o no, la menor puta idea.

Solo me sorprendió con la naturalidad, la tranquilidad que me tome el hecho de que podría haber muerto.

Malditos peruanos y sus bandas de pandilleros en Independencia.


Por suerte y gracias a que insistí, conseguí el sábado libre y espero hacer mesa de rol.

Así va mi vida.